Con el paso del tiempo se producen cambios en la forma del rostro, y del aspecto de la piel, debido a alteraciones relacionadas con la edad: pérdida de elasticidad y firmeza, además de la disminución de grasa, hueso y cartílago. Esto se conoce como inversión del triángulo de la juventud; donde hay descenso de los pómulos, difuminado de la línea mandibular y aumento de la profundidad de los surcos nasogenianos.
Restaurar el triángulo de la juventud sin tener que recurrir a la cirugía es posible, reposicionando, proporcionando volumen y estimulando la producción de colágeno con la implantación de Hilos Tensores formando un trayecto vectorial que actúa como soporte de los tejidos.
Dentro de los hilos nos vamos a encontrar dos grupos diferentes, los minihilos inductores de colágeno y los hilos de tracción espiculados que, además de inducir colágeno, recolocan los tejidos que se van descolgando por efecto de la gravedad.
Hay varias características que podemos modificar, como redefinir solo el contorno, o aumentar el volumen, incluso en caso de que sea necesario también podemos corregir “el código de barras” que son aquellas arrugas verticales sobre el labio superior, y las arrugas de las comisuras de los labios, con el fin de mejorar el aspecto general del rostro.
¿EN QUÉ CONSISTE?
Se trata de una revolucionaria técnica de rejuvenecimiento facial que estimula los tejidos internos para reafirmar la piel y corregir la flacidez. Los hilos tensores se sitúan a nivel subdérmico para inducir la formación del colágeno y de los fibroblastos con el objetivo de redensificar la piel.
Tras determinar las áreas faciales a tratar, se anestesian los puntos de entrada determinados. La técnica es totalmente individualizada para cada paciente, dependiendo de los vectores que sean necesario, se procede a implantar los hilos debajo de la dermis. El procedimiento es sencillo, y rápido. Una vez colocados los hilos, éstos producen una pequeña lesión tisular que provoca la creación de tejido de soporte a base de colágeno y fibroblastos.
Los resultados son progresivos y naturales. A las tres semanas se pueden apreciar los efectos, aunque no es hasta los tres meses cuando el tratamiento alcanza su punto álgido.
BENEFICIOS
El efecto lifting de los hilos tensores faciales comienza a apreciarse de forma inmediata. La piel mejora, el rostro se afina, las arrugas se atenúan a medida que los hilos van ejerciendo su efecto. Mejora el aspecto de las pequeñas arrugas, los pliegues nasogenianos y la piel flácida. Además, estimula el rejuvenecimiento de la piel, favoreciendo la producción natural de colágeno y elastina, aportándole vitalidad y una mayor luminosidad.