Cuando las venas de las piernas no son capaces de devolver al corazón toda la sangre que les llega al ritmo adecuado, se produce una pérdida de velocidad sanguínea y cierto estancamiento. Esta anomalía se conoce con el nombre de insuficiencia venosa y se manifiesta con síntomas como piernas doloridas, hormigueo, calambres, varices, hinchazón, pesadez, arañas vasculares o úlceras varicosas. Si la insuficiencia venosa no se trata debidamente, puede derivar en serios problemas como la úlcera (varices grandes), varices pequeñas, pigmentación flebostática, y trombosis venosa y flebitis.
¿EN QUÉ CONSISTE?
La técnica de elección será elegida de acuerdo a la valoración clínica de cada paciente:
Esclerosis Clásica
Consiste en introducir una microaguja dentro de la variz e inyectar una sustancia que irrita el endotelio y produce su pegado.
En la actualidad nos ayudamos de un instrumento llamado transiluminador para localizar las venas que se encuentran en planos más profundos que son las nutrientes de las superficiales.
Microespuma
Con la ayuda de dos jeringas y una llave de tres pasos se mezcla aire y esclerosarte; con lo que se consigue obtener una espuma o muss que se inyecta en la vena. Se trata de una técnica muy útil para varices de mediano a gran tamaño.
Plasma Láser
Con el calor provocado por el disparo del un láser se consigue contraer y sellar las varices. Es una técnica muy útil para varices de pequeño calibre.